20 años de evolución y éxito técnico de Internet

08/11/2022

20 años de evolución y éxito técnico de Internet

Por Carlos Martínez, CTO de LACNIC

La historia de Internet se remonta a 50 años atrás, o incluso más si uno considera algunos trabajos fundacionales anteriores.

Este post intenta repasar los últimos 20 años en la historia de Internet. ¿Por qué 20? Porque LACNIC, el Registro de Direcciones para América Latina y el Caribe está cumpliendo 20 años, y los aniversarios “exactos” o “redondos”, son siempre una buena oportunidad para hacer retrospectivas.

Factores técnicos de éxito de Internet

¿Qué es lo que hace que Internet haya tenido éxito? ¿Qué es lo que hace a Internet diferente de otras redes? Porque, en definitiva, durante la década de los 1970 y 1980 existieron otras redes de comunicaciones, algunas de ellas con alcance global, pero ninguna de ellas tuvo el éxito y la trascendencia de lo que hoy conocemos como Internet.

 Factores técnicos de éxito de Internet

1)Escalabilidad para crecer

La cantidad de usuarios conectados a Internet no ha parado de crecer en estos 20 años, incluso teniendo en cuenta dos crisis económicas muy significativas a nivel global (2001, crisis de las “dot com”, y en 2008 la crisis de las hipotecas subprime)

Además de este crecimiento constante, es interesante notar que la región de LAC crece a un ritmo superior a la media global.

Si observamos el tráfico medido en GBps/TBps y la capacidad de transmisión instalada (es decir, cuántos bits por segundo podríamos llegar a transmitir) emerge un patrón similar.

Las tecnologías utilizadas, tanto aquellas de tipo físico (ópticas, wifi, datos celulares) como los protocolos utilizados, permiten escalar tanto la cantidad de usuarios individuales como la capacidad total.

Los protocolos de Internet permiten cambiar libremente de tecnología de transporte, posibilitando entonces que el IP de 1980 funcione sobre ópticas que no existían en esa época.

Nada de esto es casual, fueron decisiones de diseño tomadas durante los años 70 y principios de los 80.

2)Flexibilidad en las tecnologías utilizadas

Esta escalabilidad que mencionamos en el punto anterior no sería posible si los protocolos de comunicación de datos que utilizamos no fueran lo suficientemente flexibles como para permitir la utilización de las diferentes formas de conectar usuarios y de aumentar la capacidad.

Una de las formas en la que los protocolos de Internet logran esto es a través de dos principios:

  • El modelo de capas
  • El modelo “red de redes”

El modelo de capas dice que cada protocolo tiene una función específica y puede ser reemplazado sin tocar los protocolos de “arriba” o “abajo” (de ahí el concepto de “capa”).

Cuanto más “abajo” está un protocolo más cerca de la capa física está; cuanto más “arriba”, más cerca del usuario.

El concepto de “red de redes” define que Internet no es una única red, sino que debemos pensarla como una federación de redes autónomas, cada una de las cuales toma sus propias decisiones. Esto permite que un proveedor de Internet utilice fibra, mientras que otro utiliza LTE y un tercero utiliza cobre, pero los usuarios de todos ellos pueden comunicarse de forma transparente.

Modelo de capas y red de redes en un gráfico único
La flexibilidad en el uso de tecnologías apoya a la escalabilidad, diferentes tecnologías físicas van dando lugar a otras de mayor capacidad, pero manteniendo la misma “experiencia” de Internet.

El cómo se interconecta esta federación de red de redes también ha demostrado una gran flexibilidad. Algunas redes se interconectan de forma privada, lo que llamamos “uno a uno” o “peering privado”, pero también surgen “puntos de intercambio” o “puntos de interconexión”, que operan como lugares de agregación donde muchas redes se hacen presente y pueden elegir cómo y en qué términos conectarse con otras redes presentes.

Números de puntos de intercambio de tráfico por región

3)Adaptabilidad a nuevas aplicaciones

¿Por qué una persona paga por Internet? ¿Por qué todos quieren estar conectados e incluso se habla de que el acceso a Internet puede ser considerado un “derecho”?

Las personas usamos a Internet como una herramienta para lograr diferentes cosas: entretenimiento, banca, comercio, estudio, comunicación.

Estos usos dependen de las aplicaciones que están disponibles sobre Internet, y  estas aplicaciones han cambiado radicalmente en 20 años. Hemos pasado de una Internet donde las aplicaciones estaban fundamentalmente vinculadas a texto e imágenes estáticas a una Internet donde el comercio electrónico, la videoconferencia y el video streaming son las aplicaciones más buscadas.

Alrededor de 1980 las aplicaciones, o más bien los “usos” que se podía hacer de Internet, se limitaban a correo electrónico, establecimiento remoto de sesiones (time sharing) e intercambio de archivos (ftp).

Enl año 2002 podemos ya identificar un abanico bastante más amplio, que incluye lo anterior pero claramente aparece la WWW, aplicaciones de mensajería instantánea (IRC,ICQ, MSN, Yahoo, etc.), y los primeros sitios de comerció electrónico. Entre 2000 y 2002 surge la explosión de los “portales Web”, como Terra, Starmedia y otros.

En 2022 el abanico de usos y aplicaciones es ya demasiado amplio como para detallarlo aquí. Sí quiero destacar algunas, como la videoconferencia, el streaming de video (YouTube, Netflix, etc.), la banca electrónica, el comercio electrónico extendido y notablemente lo que es el fenómeno de las redes sociales en toda su magnitud.

¿Qué es lo que hace posible esta adaptabilidad a nuevas aplicaciones? En gran parte es el propio modelo de capas que discutimos anteriormente, que permite que nuevos protocolos de capas más “altas” (más cercanas al usuario) nazcan sin alterar el sustrato que hace funcionar la red.

Sin embargo, hay un aspecto más sutil que subyace a esto, y es el concepto de “permissionless innovation”. A diferencia de otras redes de comunicaciones, en Internet no hay que “pedir permiso” para implementar una nueva aplicación. Todos y cualquiera de nosotros podemos hacerlo.

4)Resiliencia ante cambios del entorno

Todo este crecimiento, todos estos nuevos usuarios claramente presionan a la infraestructura, presionan al equipamiento y presionan a los operadores.

No solo el crecimiento, si no que de la mano del incremento del valor percibido por la sociedad de las transacciones que ocurren en línea, actores maliciosos han notado que a través de ataques y acciones delictivas en línea tienen dinero para ganar.

En estos últimos 20 años hemos atravesado algunas crisis (o en algunos casos seguimos) que se han podido solventar a través de la resiliencia de Internet como tal.

Me refiero al colapso predicho del sistema de enrutamiento de Internet, del que ya en 1994 se hablaba. Igualmente, del colapso del sistema de numeración de Internet, cuyas primeras menciones datan de incluso antes.

Los primeros años 2000 fueron también el escenario de algunos de los ataque se malware más recordados, como el virus ILOVEYOU, el gusano SQL Slammer, seguido por el surgimiento de los ataques conocidos como ataques de denegación de servicio distribuidos (DDoS).

Los ataques de DDoS son particularmente nocivos cuando van dirigidos a la infraestructura de Internet, generando afectaciones a millones de usuarios cuando son exitosos.

Evolución de los ataques de DDoS volumétricos por región.

Internet ha respondido en estos 20 años de múltiples maneras. En el caso de los ataques de DDoS, la forma de responder a ellos es fundamentalmente a través de incrementar la capacidad de la infraestructura. Además del incremento de ancho de banda que mencionamos anteriormente, destaco también el incremento de la cantidad de IXPs y de copias de servidores raíz de DNS.

A 2022 Internet cuenta con 1576 copias de los 13 root-servers originales.

También se ha trabajado en este tiempo a nivel de ingeniería de protocolos, como ser IPv6 (ampliación del espacio de numeración), RPKI (seguridad a nivel del sistema de enrutamiento) y DNSSEC/DoT/DoH (seguridad a nivel del sistema de resolución de nombres, DNS)

Conclusiones

Internet es una plataforma en permanente construcción y renovación. Al igual que las rutas romanas o las calles antiguas de cualquier ciudad, su superficie está en permanente cambio pero su espíritu y su función original se mantienen a lo largo del tiempo.

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